Crónica de una asociación sancionada

22/10/13
Crónica de una asociación sancionada

libro
Recientemente llega a la Asociación de Diseñadores de la Comunidad Valenciana una notificación de providencia de apremio requiriendo el pago del importe de la sanción relacionada con el libro “El valor del diseño”.
La sanción atiende a la resolución de la Comisión de Defensa de la Competencia de la Comunidad Valenciana, organismo dependiente de la Conselleria de Economia, Industria Turismo y Empleo, donde resuelve que la ADCV incurrió en una conducta contraria a la Ley de Defensa de la Competencia por haber elaborado y difundido unas tarifas orientativas de precios recomendados incluidos en el libro “El valor del diseño”.
De nada han servidos alegaciones varias, investigaciones privadas a los socios e incluso reuniones personales con los responsables del caso donde la ADCV ha explicado que la finalidad de la publicación de esas tarifas ha sido siempre la de ayudar a los profesionales (sobre todo a los más desorientados: los que están iniciándose en el mundo laboral). Que son precios que nunca se ha exigido cumplir a nadie. Que son tarifas por las que la ADCV no cobra ningún canon. Que el libro se retiró en el mismo instante en que nos comunicaron la posibilidad de estar incurriendo en conducta ilegal. Que llevamos casi 30 años defendiendo a los profesionales, promocionando el diseño y ayudando a las empresas y a las industrias a ser más competitivas. Que si esa sanción no se anula, puede que contribuya al fin de la ADCV.
La multa, de 24.000 eur., se recurrió judicialmente por la vía contencioso-administrativa, pero aunque de ello hace varios meses (marzo de 2013), el trámite por la vía judicial estaba parado. Ha sido por las gestiones de nuestro procurador, a instancias de la ADCV, lo que ha hecho que por fin la semana pasada se iniciara el proceso.
Sin embargo, lo que sí ha cursado sin dilación ha sido el apremio de la multa, por el cual se nos impone un pago de intereses extra por el retraso. De nuevo una vez más lo absurdo se vuelve realidad: la ADCV tiene que pagar un recargo porque después de 6 meses de presentar su recurso contra la sanción ante la justicia solicitando que se suspenda la ejecución de la multa, aún no se ha tramitado.
Nada importa, ni siquiera las consecuencias tan negativas que supone esa multa para una asociación profesional sin ánimo de lucro. Una asociación que con trabajo y seriedad ha conseguido una trayectoria que la sitúa en una posición de prestigio en el sector nacional del diseño.
Cambio de escenario, pero no de protagonistas. La Conselleria de Economia e Industria, a través del IVACE (antes IMPIVA) concedió en el año 2011 dos subvenciones a la ADCV para la realización de dos proyectos. Los proyectos se hicieron y la ADCV tuvo que pagar y negociar con sus proveedores, pero las subvenciones, a fecha de hoy no se han recibido. Este contexto ha dejado a la ADCV en una situación económica bastante difícil, con un agujero financiero complicado de sobrellevar para una asociación de poco más de 200 socios. Con gran esfuerzo de sus asociados y drásticos ajustes presupuestarios en su estructura, la ADCV ha podido aguantar el empuje de este desajuste, agravado por la crisis general.
Resumiendo, la misma Conselleria que debe más de 100.000 eur. a la ADCV, es la que le está exigiendo el pago de una sanción sin atender a explicaciones ni justificaciones reales. Una buena parte del futuro de la ADCV está en manos de la Conselleria de Economia e Industria. Si el sentido común mandara sobre la administración, la ADCV podría dar por seguro ese futuro. ¿Tendrá el sentido común posibilidad alguna?